origen

Fundé amaible frente al cansancio de quienes lo dan todo por su negocio.
Fue mi primer intento de usar la tecnología para devolver tiempo, calma y dignidad.
No fue un experimento, fue una respuesta. Cree amaible para mi madre, y con el tiempo entendí que también lo había construido para mí.

Después llegó ARCO, la compañía que fundé junto a dos amigos luego de vivir en carne propia el programa Work & Travel.
ARCO no nació para vender viajes, sino para construir futuros.
El proyecto me enseñó a conectar propósito y experiencia, a traducir una historia en una identidad clara, con alma y dirección.

De esas dos experiencias (una íntima y otra colectiva) nació SEVA: mi síntesis.
SEVA es el puente entre lo técnico y lo humano, entre el sistema y la sensibilidad.
Aquí encontré la forma de servir desde la estrategia, el diseño y la inteligencia práctica, enseñando a otros lo que a mí me costó aprender solo:
que la tecnología no eleva por sí misma, sino cuando tiene propósito.

Hoy, cada proyecto que acompaño con SEVA lleva el ADN de esos inicios.
Porque antes de ser una consultora, SEVA es una filosofía:
servir para elevar.

lo que aprendí

El propósito no se diseña; se recuerda.
Amaible me enseñó empatía,
Arco me enseñó comunidad,
SEVA me enseña a servir.